Cuando un deportista tiene una lesión o molestia, busca la ayuda de un terapeuta para que le alivie y así poder volver a su actividad. Si la lesión es de los ligamentos del tobillo, lo más probable es que busque a un especialista en tobillo. Si es de espalda, es muy probable que valla a un especialista en espalda, etc. Es de suponer que el especialista en tobillo le trabajará sin ningún problema el tobillo y que el de espalda hará un buen trabajo de espalda.
¿Qué sucede cuando un deportista va a ver a un especialista en Antiterapia?
Viene a suceder lo mismo que sucede con las paradas en boxes de los coches de Fórmula1. La mayoría de las ocasiones, se trata de un cambio de neumáticos para mejorar el rendimiento del coche. Pero todos podemos ver como un equipo de técnicos y mecánicos se abalanza sobre el coche y en cuestión de segundos limpian la visera del piloto, llenan el tanque de combustible, ajustan importantes tuercas de suspensión, etc. No se preocupan solo y exclusivamente de las ruedas. Sino que son muy conscientes de que el rendimiento del choche depende de la atención que ponen en la suma de las partes, en el conjunto. Y en una sola parada intentan trabajar y optimizar la mayor cantidad de estas partes o sistemas. Bien, pues para un Antiterapeuta el trabajo es el mismo.
En consulta, buscará reunir el mayor número de datos posibles sobre el deportista. No solo de la zona en la que aparece la molestia. Recogerá datos también de otros sistemas (tendrá en cuenta el conjunto). Esto lo puede hacer gracias a que, como con los coches de Fórmula1, también monitorizará al deportista. Y lo puede hacer, gracias a la información que le dan los test de biofeedback. De esta forma, sabrá que partes del sistema no están al 100%.
Al igual que una entrada en boxes, una consulta también tiene un tiempo definido. A demás de que el deportista puede que tenga una competición a la vuelta de la esquina. Por lo que el Antiterapeuta, hará una selección de todos los datos que a recopilado, para después, pasar a la acción y conseguir que el deportista tenga la mayor ganancia posible en el rato que pase en consulta. Por esto, buscará priorizar. Esto se vuelve muy sencillo gracias a los tests de biofeedback, que le dan información sobre cual es la zona que más influye sobre un problema concreto, como las molestias en el tobillo o espalda.
No solo trabajará sobre el tobillo o la espalda. Sino que además buscará regular sistemas y funciones tan importantes para un deportista como lo pueden ser el sueño, el tono de la musculatura, la ionización, carencias de minerales, encimas, etc. Intoxicaciones por metales, emociones relacionadas con la lesión o la competición, los sistemas de propiocepción y coordinación, la marcha, antiguas lesiones, y un amplio etc. Y todo esto, porque al igual que los ingenieros y mecánicos de Fórmula1, sabe que el problema del deportista, depende mucho de cómo esté el resto del sistema.
Recuerda que el cuerpo, al igual que el coche, está formado por muchos sistemas que interactúan entre si. El movimiento y la biomecanica es posible valorarla sólo con la persona a tiempo presente en su respectiva especialidad y teniendo en cuenta de que su cuerpo es único, atendiendo además, que es a tiempo presente, puesto que las posibles valoraciones de otras personas u otras épocas del mismo deportista no servirán como referencia para el ajuste real. Poder valorar el conjunto es una de la especialidades que el antiterapeuta tiene como misión, y los resultados son los que cuentan.
Resumiendo. Su objetivo será: mantener y mejorar todas la piezas que influyen en la recuperación de una zona o función, al mismo tiempo que optimizar el sistema para poder obtener un mayor rendimiento.
Gracias a este enfoque y el abanico tan grande de herramientas de las que dispone la Antiterapia, los resultados son sorprendentes. A demás de increíblemente fáciles de alcanzar para cualquier persona.
David González Valderrey
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