Un año más se ha celebrado la carrera de resistencia que organiza la revista Corricolari, una cita que reúne a corredores principalmente amateur por lo que guarda el sabor de las pruebas populares donde la ilusión de toda una temporada se refleja durante un día intenso de emociones y recuerdos que acompañarán a todos los que participamos en el evento durante toda la vida.
Participantes y organizadores han puesto a punto su cuerpo y su saber para que todo tenga un buen fin y así sucedió. Una dura prueba para todos, un esfuerzo continuo donde saber dosificar y estar centrados en cada paso que se da y en la atención correcta ante lo que se tenía delante ha sido la tónica.
Los corredores nos contaban la diferencia entre los terrenos que pisaban, siendo los trozos de tierra y pequeñas piedras los que hicieron mella en las piernas de muchos. El comentario general de ánimo se reflejaba en los momentos duros donde esa subida o pequeño traspié parecía que habían estado en la carrera de todos. Desde la salida, ese punto de partida donde nos hemos juntado todos sin conocernos pero con el objetivo común que nos hemos propuesto durante meses atrás, cada uno sabíamos lo que teníamos que hacer, y lo hicimos. Una organización perfecta, corredores, organizadores y personal de apoyo formábamos con nuestra energía un grupo que hizo posible que todo se produjera felizmente y sin accidentes.
El equipo de Antiterapia estuvo, como en otras ediciones, en varios puntos del recorrido donde nos encontramos a personas conocidas de otras ediciones que nos buscaban para recibir “el bálsamo” que aliviara sus tensiones y así poder seguir después de quitar un tirón de horas o simplemente mimar su cuerpo con la caricia de un buen hacer. La palabra que más se uso en nuestros boxes era: GRACIAS, un mensaje que define universalmente la recompensa que por ambas partes sucedía, tanto por el que recibía las atenciones como por el que las daba de nuestro equipo, una correspondencia que se fundía con la energía que nos acompañaba a todos.
Curiosamente, en diferencia a las carreras de resistencia especial, donde existen lesiones de todo tipo, tanto del tren superior como del inferior, diafragma o sistemas de apoyo del cuerpo, en esta carrera principalmente han sido las piernas las que han sufrido, lo que puede ser clave para saber más a la hora de plantear el recorrido siguiente.
Los corredores han entrenado suficiente, como lo muestra el que no hayan lesionado o generado tensión inespecífica en los demás sistemas, pero posiblemente deberían poner especial atención a la parte del terreno donde iban a correr con lo que habrían ganado esa pisada que se requería en los momentos de los caminos de piedra, donde todos sintieron que el esfuerzo fue mayor.
Desde nuestra visión, las pruebas no terminan en la meta ni después del baño merecido con el que se sueña durante horas mientras dura la jornada, los días y semanas sucesivos son tan importantes de tener en cuenta como los anteriores. Una buena recuperación es el camino para que los participantes dejen abierta la puerta de la ilusión de las carreras venideras, o por el contrario se quede en un recuerdo de una locura de juventud que no es conveniente repetir por haber visto los límites que el cuerpo tiene y su posibilidad de tener una lesión crónica.
En los meses venideros lo importante es la recuperación y una bajada de intensidad que es necesario mantener para que el cuerpo elimine desechos de la combustión y recupere los nutrientes perdidos, todo ello regado por un buen líquido que permita hidratar los tejidos mientras los lubrica a la vez que ayuda a quitar los excesos acumulados: el agua.
El secreto que os recomiendo es: haceros amigos del agua durante unas semanas. Agua por dentro y por fuera, beber fuera de las comidas para lavar el organismo y hacer todo tipo de duchas mientras estáis relajados así como baños sentados o tumbados con diferencias de calor para que el estímulo del baño sea constante y efectivo mientras nos relajamos y nuestros sistemas se distienden con el agua fría / caliente. El cuerpo necesita estímulo para seguir limpiando, nutriéndose y reparándose, no podemos pararnos de golpe y esperar a que esto suceda por si mismo, recuerda que el cuerpo va a estar agotado un tiempo y estímulos suaves de este tipo pueden ser la clave para un recuerdo agradable o una tensión que te acompañe durante toda la vida.
Desde el equipo de Antiterapia nos quedamos con vuestro agradecimiento, suficiente para volver a estar en el próximo evento. Volveremos a estar a punto para acompañaros en vuestra intensidad que será también la nuestra donde ganaremos lo mismo que vosotros: precisión en nuestros actos, una cualidad que se consigue cuando se sabe hacer y se repite cientos de veces hasta incorporarlas en nuestro hacer cotidiano, y eso lo conseguimos gracias a vosotros.
Gracias.
El equipo de Antiterapia
Artículo publicado en https://kinesiologiaholistica.wordpress.com
Lo primero dar las gracias al equipo de antiterapia por darme la oportunidad de disfrutar de esta experiencia.
Este es el segundo año. Si bien el primero lo viví con una enorme ilusión y curiosidad este año las sensaciones han sido un tanto contradictorias, pues aunque me invadía una uniforme sensación de normalidad no dejaban de sorprenderme alguna cosas:
· Sorpresa por que después de las 24 horas ( en las que desde que comencé el primer masaje fue un goteo continuo) me sentía un poco cansado pero con unas sensación interna de vitalidad y alegría. Cansancio que se resolvió con un rato de quietud, aislamiento y abandono. No recuerdo ninguna noche de fiesta en la que acabara con esa sensación de vitalidad y bienestar.
· Sorpresa porque esa misma sensación creo que era compartida por todo el equipo. En ningún momento escuche una queja o lamento de ningún componente del equipo y las caras permanecían serenas.
· Sorpresa por la sensación de comunidad, porque a pesar de la invasión de miedos y sensaciones propias, estas se diluyen en el seno de un grupo que comparte una misma actitud, como si estuviera arropado por una fuerza invisible que te apoya.
· Sorpresa por la forma de estar y comportarse de los corredores: la mayoría concentrados, valorando sus fuerzas en cada etapa, siguiendo unas rutinas fijas, compartiendo su ilusión y su fuerza; otros con una ilusión más grande que sus fuerzas que a pesar de que su cuerpo temblaba sin control por agotamiento se resistían a abandonar, manteniendo una sonrisa en la boca y una mueca de rabia.
· Sorpresa por la cantidad de medios y personas desplegadas para una actividad aparentemente incongruente y antinatural. Casi todos ellas con una alegría y una ilusión que más parecía una fiesta que un trabajo. ¡¡¡¡¡ Algo tiene que tener esto!!!!!!! sino no entiendo tal despliegue.
· Sorpresa por ver como con una taza de café y una pasta se monta una fiesta.
· Sorpresa al observar como un niño daba vueltas entorno a la camilla donde su padre recibía un masaje mientras su mujer no paraba de hacerles fotos. !!! Esto debe ser algo importante para ellos!!!! Me decía.
· Sorpresa al ver corredores solos, totalmente concentrados, metidos en sí mismos, que se notaban que estaban totalmente separados de su entorno.
· Sorpresa porque estaba empeñado en arreglarles la vida a los corredores en cinco minuto y como no era capaz ni sabía como hacerlo lo quería hacer en diez.
· Sorpresa por que siguiendo el protocolo, y a pesar de mí, la mayoría de los corredores mejoraban los test, se autotestaban y decían siiii…. parece que estoy mejor. Uno me dijo: “venía mal pero estando contigo parece que me siento mejor” otro me comentó: “ no vengo a que me des masaje solo a decirte que gracias al masaje que me diste en San Sebastián de los Reyes he conseguido llegar hasta aquí ( Tres Cantos) y ya para lo que me queda lo termino seguro”.
· Sorpresa al ver algunos corredores con la cara de derrota, el cuerpo dolorido y magullado y el ánimo alicaído que atendimos en Tres Cantos o en San Sebastián ( no daba un duro por ellos) y verles con cara alegre, el cuerpo recto y el animo regenerado en la siguiente etapa.
· ………………….
· Sorpresa porque a todos parecía todo lo que sucedía de lo mas normal del mundo y yo lo vivía también así.
· Sorpresa porque lo que aparentemente era un duro trabajo se convirtió en una fiesta y en un largo y duradero placer.
Lo dicho, muchas gracias.
José Luis MILLAN
Este tipo de eventos, tan extremos, no se dan a menudo, por lo que es una suerte estar en ellos ya que es la única manera de adquirir experiencia de primera mano sobre lo que sucede en ellos.
Por segundo año, hemos tenido la oportunidad de ver como se comporta el cuerpo y la mente, cuando se ponen al límite, y todo en primera fila. Después de esto, podremos esperar un poco más a que se realicen vuelos comerciales al espacio con el fin de ver y vivir situaciones excepcionales.
Lo mejor de todo es que no perdimos la oportunidad, pese al: «!qué pereza estar 24h atendiendo a otros y sin dormir, con el solecito que hace para estar tomando unas cañas!»
La recompensa a sido más que suficiente; todo un privilegio (más de 6 millones de personas en Madrid, pero solo 1500 privilegiados, entre corredores y equipos de asistencia, participando en esta carrera).
Mención especial al equipo de Antiterapia, el cual considero mío también, creado por gente especial a la que estoy agradecido por la oportunidad de acompañarnos mutuamente.
Gracias a todos por empujar todos juntos, y a la vida por estas oportunidades.
David González Valderrey.
SER CORREDOR ES SU VICTORIA
En la carrera del pasado fin de semana organizada por Corricolari de los 100 km. 24 horas, un año más he comprobado que aún quedan guerreros o luchadores o jugadores o vividores o corredores. Personas que lo arriesgan todo por vivir una experiencia.
A las tres de la madrugada, un corredor, en un momento de descanso en San Sebastián de los Reyes, me dijo:
Ayer me preguntaba mi hijo: ¿Papá, por qué corres esa carrera?
No sabía qué decirle, y finalmente le respondí: “porque me gusta”. Realmente, no sé porqué corro en esta carrera, lo que sé es que aquí estoy.
Los compañeros de Protección Civil, me comentaban la cantidad de intervenciones que realizaban en curas y traslados de corredores, que en ese darlo todo e ir hasta el límite de sus capacidades. Se sorprendían de cómo los corredores, llevaban sus capacidades hasta el límite, vencidos y agotados por el enorme esfuerzo, requerían trasladados de urgencia para ser atendidos por los servicios médicos.
El corredor va buscando alcanzar un clímax, una experiencia
Un guerrero, un jugador y en este caso un corredor, lo arriesga todo sin pensar en el beneficio. El corredor realmente va buscando alcanzar un clímax, una experiencia culminante. Normalmente, las personas con este objetivo no son apreciadas por el entorno ya que, lo habitual es realizar esfuerzos utilizando la tecnología: todos tenemos vehículos de motor y estos, impiden que puedas vivir el corredor que llevas dentro. Actualmente, podemos ir donde queramos con un vehículo, pero el coche no te aporta las experiencias aquí detalladas.
Un guerrero se enfrentaba y se encontraba con su enemigo cara a cara; en el caso del corredor se enfrenta con él mismo. Imagina a dos personas con las espadas desenvainadas frente a frente. Imagina al corredor cuando ha recorrido 74 km. (como en el caso que comentaba al principio de San Sebastián de los Reyes);
¿Crees que en el Km. 74 un corredor puede pararse a pensar?
Si piensa será derrotado.
El pensamiento se detiene; no se puede planear ni pensar ni calcular nada porque el instante que requiere pensar, calcular o planear, es el mismo instante que el adversario utiliza para golpearte; ahí serás derrotado por la duda, por el cansancio o por el dolor de las heridas. En este preciso momento de duda, has de moverte de forma espontánea y ser dirigido por la determinación de seguir o de terminar la carrera; es el momento de convertirte en “no mente”. El peligro es tan grande, la posibilidad de morir a esa experiencia o abandonar está tan cerca, que no se puede permitir a la mente que entre en funcionamiento.
El hermano que acompañaba al corredor, que he comentado al principio, me decía hablando del momento de debilidad de su hermano: “todo lo que le pasa está en la cabeza”.
La mente necesita tiempo; ante las emergencias la mente no puede funcionar; no está preparada para dar una respuesta rápida. Cuando estás sentado en tu silla puedes pensar, pero cuando estás frente al enemigo, en este caso la mente que te dice que pares, no puedes pensar. El enemigo del corredor es su propia mente.
Cuando estás frente a un peligro, la acción llega antes que el pensamiento. Primero haces y luego piensas. Esta es la cualidad del guerrero: la acción llega sin pensar, la acción es sin mente; la acción es a por todo ¿“a por todas”?.
Si estás atento, verás que toda la vida es una carrera, y que en cualquier momento puedes “no vivir”; por eso la situación de emergencia es permanente. Vive como si fueras un corredor que hace y actúa por encima de su mente. En cualquier momento, en cualquier lugar, puede saltar sobre ti la alarma de “no vivir”. No permitas que tu mente entre en acción tardía y sé un buen corredor. Esta experiencia sólo pueden vivirla los guerreros; de lo contrario, aquellos que están pensando en beneficios, podrían vivir la vida sin ganar nada de ella.
Jesucristo dijo:
“Quien se aferre a la vida, quien trate de preservarla, la perderá;
y quien esté dispuesto a perderla, la conservará”
Este mensaje es hablar en el idioma de un corredor dispuesto a morir. Si vives, si juegas, si luchas, si corres… vivirás siempre.
La mente calculadora, astuta, condicionada por la sociedad, la educación, la cultura, te vuelve más miedoso y más asustado ¡no puedes correr riesgos!
Todo lo que es hermoso es arriesgado
El amor es un riesgo. La vida es un riesgo donde arriesgas lo conocido y no conoces lo desconocido.
Tu mente te dirá: ¿Qué estás haciendo, perdiendo todo lo que tienes por aquello que no sabes si lo alcanzarás? La mente del corredor dice: «para lo conocido el sofá, la cervecita del sábado ya la tengo muchos otros días, hoy deja de tener interés; Lo desconocido, el reto y la lucha deben ser vividos, por tanto: hoy debo arriesgar lo conocido por y para vivir esta experiencia.
En la gran carrera de 100km-24 horas puedes estar arriesgando totalmente sin guardarte nada, sin hacerte trampas, sin mensajes ocultos. Sólo así lo desconocido te envolverá. Para adentrarte en esa oscuridad, para adentrarse sólo en ti mismo, en ese lugar tan poco vivido, sin mapas y sin senderos; hace falta tener la cualidad del guerrero, la cualidad del luchador, la cualidad del corredor.
Volver a ser un niño y soñar con lo desconocido. Todo está oculto en un rincón de tu ser. Sé de nuevo un guerrero. Corre, corre, corre.
Puedes llevar todas estas sensaciones a tu vida, ya son tuyas. Puedes ser un corredor en cualquier lugar y alcanzar el don de confiar en ti mismo e ir más allá de lo que es conocido y seguro.
Ser corredor nada tiene que ver con la lucha con los otros. Ser corredor es algo intrínseco, está en el interior de uno mismo. Hay que estar alerta y observar ya que, adentrase en uno mismo es entrar en tus zonas más oscuras y pasar a través de una gran noche del alma. Hay todo tipo de trampas, muchas posibilidades de extraviarte y muchos tipos de enemigos internos. Tienes que estar muy alerta porque…, un solo momento de inconsciencia y, acabarán contigo. No hay que matarlos o destruirlos; tienen que ser transformados, tienen que ser convertidos en amigos. La rabia, el miedo y el dolor tienen que ser transformados en compasión, en deseo y en amor. Por eso no es una guerra, sin embargo, no hay duda de que se necesita ser un guerrero. De esta forma, la victoria aparecerá como tu aliada.
“Corre a través de una gran noche del alma”
La victoria viene en forma de consciencia, tienes que ser totalmente consciente de ello. Si mantienes esta ganancia, puedes estar seguro de que la victoria será tuya.
Sé espontáneo, no te preocupes, sé siempre tú, es tu única oportunidad de vivir, no vayas a medias, de lo contrario nunca te perdonarás; tienes que luchar contra tu mente. Te has provocado y desafiado, ya sabes que acabarás ganando. Lo que importa es vivir como un corredor. Su actitud es su victoria.
Ser corredor es su victoria
Ser corredor y luchar contra uno mismo es vivir peligrosamente… pero en definitiva es vivir, ya que si no vives peligrosamente, no vives, ¿(estás muerto)?. La vida sólo surge en el peligro. La vida nunca surge en la seguridad; florece en la inseguridad.
Si empiezas a vivir sin riesgos te estancas, dejas de moverte, tienes miedo, lo conocido es más seguro. Te obsesionas con lo conocido y aunque te aburre y te hace sentir desgraciado, sigue pareciéndote familiar y cómodo. Lo desconocido te hace temblar, te hace sentir inseguro.
Cuando escoges vivir con riesgo, con aventura y peligro vives el presente, vives en el aquí y el ahora… como cuando estás haciendo surf, esquiando, escalando o corriendo 100 km. 24 horas seguidas. Aquí hay riesgo de perder la vida y ello te hace estar vivo. Por eso a la gente le atraen los deportes peligrosos.
¿Cuál es la atracción?
Ir lejos de lo conocido, de la vida rutinaria, acercarte a tu parte más animal, volver a formar parte de la naturaleza, de la vida y que todo tu ser esté contigo.
En ese momento, la seguridad, la cuenta bancaria, la esposa, el marido, la familia, la sociedad, las discusiones desaparecen y están cada vez más lejos. Te quedas solo.
En un deporte puedes convertirte en un experto, puedes aprenderlo, entrenar, medir y calcular el riesgo puede ser perfecto, y minimizar el riesgo puede ser hasta ser aburrido.
La forma de vivir de un corredor ya es tuya, también puedes tomar riesgos en otros ámbitos, por tanto, no vivas una vida ordinariamente perfecta…, si todo es perfecto, te estás muriendo y no pasa nada. La seguridad, el dinero, una casa y el trabajo son necesarios; pero no vivas ni trabajes aprisionado por y para el dinero, la casa o el trabajo. De ser así te aburrirás, te estancarás y te hartarás.
Ama todo lo que hagas y que tu día de mañana no sea predecible. No esperes nada y mantente abierto para todo, vive.
“Hacer algo por el puro placer de hacerlo”
El deporte o jugar quieren decir “hacer algo por el puro placer de hacerlo”. Si juego es placer, el juego debería ser tu vida, el centro de tu vida. Todo en la vida debe ser vivido como algo divertido, no tienes que tomártelo en serio, tienes que disfrutarlo, cuando lo disfrutas progresas; si es una obligación es que has vuelto a traer tus escalas de valores más “tontas” al mundo del juego.
Si disfrutas muchas más cosas estarás más vivo, siempre habrá riesgo, forma parte de la vida, es la mejor parte, la parte más hermosa, pues en ella, no hay garantías. El riesgo de vivir como si cada momento fuera un fin en sí mismo permite que lo vivas totalmente.
Los que son valientes se lanzan, su filosofía de la vida es la de un corredor. Son deportistas además, en su interior, incluso con ellos mismos y nunca se olvidan de arriesgar y de ganar para no ser perdedores, para estar vivos de verdad.
Gracias a los corredores por mostrarme y a mis compañeros por acompañarme.
Jesús Ortega Espada
Es reconfortante oir palabras como «vi vuestro nombre y sabia que volvería a veros este año». Una prueba tan dura como esta donde los límites físicos son sobrepasados hasta por los mejores atletas, y han traído la confianza de los participantes en acompañarles en el camino de sus objetivos personales.
La confianza mostrada por los participantes en nuestro espacio de tiempo dedicado a cada uno, nos ha permitido contestarles a sus peticiones de asesoramiento en su estado, su capacidad para tomar la siguiente elección y sus hábitos para tener una recuperación tras el gran esfuerzo realizado.
Vuestro espíritu nos ha hecho ganar una vez más.
Iván Lorente
Es un placer participar un año mas en el maratón de 24 horas, un verdadero desafío, que al igual que los corredores hemos llegado a el por nuestra necesidad de superarnos, de traspasar el limite físico y ver lo que se esconde en esa antesala.
El equipo de antiterapia también ha llegado a su meta que es la de aliviar y ayudar a los corredores para dar ese «un poco mas» . Un placer que comparte espacio con cierto «honor» estar al lado de compañeros que después de estar haciendo fuerza con los dedos durante 14 horas, traspasan la barrera del cansancio y del dolor físico con una sonrisa, poniendo ganas y técnicas efectivas, de esas que uno se queda mirando y piensa ¡anda no se me había ocurrido a mi!
El trabajar con armonía y donde todos mantenemos la etiqueta y la onda de forma, aun con los ojos enrojecidos por la falta de sueño, es un buen puñado de sal compartido con verdaderos compañeros, gracias a el grupo con el que me toco vivir estos emotivos momentos y gracias al agradecimiento de los corredores que nos infundían aire fresco y fuerzas para seguir estando en el presente con ellos.
Como miembro del equipo de terapeutas de Antiterapia y habiendo estado un año más en la carrera del pasado fin de semana, me atrevo a destacar y a agradecer la confianza depositada en nosotros por parte de los corredores una vez más. Comentarios, bajo la desesperación y el agotamiento, como: «os he visto y he venido a vosotros de cabeza», nos llenan de satisfacción a todo el equipo que con gran entusiasmo y orgullo prestamos nuestros servicios para ponernos a disposición de los participantes y aportar nuestro granito de arena para que uno de sus sueños se hagan realidad: «llegar a la meta».
Nuevamente ha sido un acierto la decisión de participar en este evento y vivir y compartir con el resto de participantes esta experiencia que, con un ambiente relajado y no por ello exento de atención, aporta, cuanto menos, una bocanada de oxígeno para los campeones que cuando llegado el momento de sentir que ya no pueden más y entran en la duda de continúo o me paro, aparecen unas manos poderosas capaces de quitar la tensión suficiente para que se disipen todo tipo de dudas y continuar el camino a pesar del terreno, del agotamiento y de las limitaciones de cada uno.
La organización del equipo de Antiterapia, la disposición de todos los miembros y el placer que uno vive cuando hace lo que le gusta, es la clave de que todo funcione con armonía; la clave que inspira la confianza de ponerse en nuestras manos.
Gracias a todos por vuestras manifestaciones que nos confirman que estamos a la altura de las circunstancias para poder acompañaros en sucesivas ediciones. Es un placer estar.
Elysabeth García