Claves para una salud Duradera 3: La importancia de una buena Dieta (II)
¿Sabes lo que te sienta bien a ti personalmente?
En este artículo se indican unas nociones básicas para que seas capaz de cuidarte, que seas dueño de tu propia salud. Un cuerpo saludable parte de una correcta alimentación.
No se trata de teorías sobre alimentación, esto es cuestión de probar, de hacerlo lo más estricto posible una temporada de tres meses y valorar los cambios. Se trata de probar y observar qué pasa. Que cada uno pueda experimentarlo y tomar sus propias conclusiones: en la experiencia está la base de las elecciones.
Una vez expuestas en el artículo anterior las bases de por qué y cuándo es interesante hacer una dieta, en este artículo se van a revisar los pasos que cada persona debería seguir y/o revisar para una alimentación saludable. Siempre en la medida de lo posible, y no como algo imperativo y obligatorio, sino que cada uno sienta y valore los cambios en su cuerpo, que aprenda a sentir cómo reacciona su cuerpo a lo que come, en qué medida y cuánto le afecta, y gracias a su propia experiencia, que aprenda a valorar qué le sienta bien. Como se suele decir: La diferencia entre un niño y un adulto es que el adulto sabe tomar la elecciones que le vienen bien a él y a los suyos, sabe lo que va a pasar.
Por supuesto, aunque se tenga cuidado, se escaparán cosas, para ello es recomendable observar reacciones: por muy buenas que sean las legumbres, si a ti te producen gases es que no las digieres bien. Por mucho que se diga que la ensalada es buena, la realidad es que hay muchas personas que son intolerantes a la lechuga, y en esos casos se retiene líquidos, por lo que el resultado es que engordan y se hinchan, en vez del resultado buscado que es adelgazar, por lo que comerá aun más ensaladas… creando un círculo vicioso muy difícil de resolver.
Cada persona tiene sus particularidades y lo que es bueno para muchos puede no ser bueno para ti. Si no se consiguen resultados es que algo no funciona, hay algo que se está escapando. En estos casos un profesional te puede ayudar a profundizar y personalizar tu dieta, a localizar aquellos alimentos que personalmente no digieres bien. Recuerda, donde tu no llegues, comienza el trabajo del terapeuta.
Las recomendaciones generales que se deben tener siempre en cuanta a la hora de comer para una buena nutrición son:
- Siempre que sea posible se deben comer alimentos frescos, naturales, de temporada, de cultivo biológico u orgánico, a ser posible de tu zona.
- Hay que comer caliente, variado, cocinado de forma casera y evitar en la medida de lo posible el microondas, los precocinados, la comida envasada y los congelados del súper.
- Una cosa que se suele olvidar es adaptarnos al lugar y fecha: cuando vienes de pasar un día en la nieve ¿te tomas un gazpacho de la nevera? Cuando estás el Almería en verano y llegas de la playa ¿te tomas una fabada? Pues lo mismo ocurre con el resto de los alimentos. Es muy recomendable hacer uso de los alimentos de temporada y evitar comer lo mismo durante todo el año.
- Es imprescindible beber suficiente agua (mínimo 1,5 litros día). Una de las cosas más sencillas y más útiles que se pueden hacer es mantenerse siempre hidratado, no es cuestión de beber líquidos, sino agua de calidad, mineral o filtrada, como ya se habló en el articulo anterior sobre movimiento e higiene física.
- Alimentos y bebidas que se deben eliminar en la medida de lo posible:
- Azúcares y derivados
- Levaduras, fermentos y alcoholes
- Lácteos animales
- Conservantes artificiales
Una de las principales dificultades que aparecen al realizar una dieta es que la alimentación se basa en hábitos y costumbres, aprendidas desde la infancia, produciendo esos sabores a los que estamos acostumbrados y que echamos de menos cuando vamos de viaje o estamos una temporada sin comerlos.
Javier Velasco
Fisioterapeuta del Equipo de Antiterapia y miembro de la consulta de José Luis Godoy
Madrid
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