Había una vez un cañaveral que estaba en un bosque. Las cañas parecían todas iguales,
pero había una distinta de las demás. Los árboles estaban enamorados de ella porque tenía
una voz amable, se movía con la ligereza de una bailarina y amaba el viento, lo buscaba,
esperaba a que se levantase por detrás de los arbustos. (más…)