Para comprender el posible alcance de una lesión por latigazo cervical hay que tener en cuenta que el cuello es un estrecho canal móvil formado por vértebras, articulaciones, ligamentos y músculos por el que pasan todos los nervios que van al cerebro, vasos sanguíneos, el esófago, la traquea, la médula espinal, la glándula tiroides, etc. Con todo eso metido ahí dentro, es fácil entender que una aceleración brusca o un golpe repentino como la que se experimenta hasta en la menor de las colisiones, dañe algunas de las estructuras que componen el cuello. Y si encima es un golpe fuerte y se produce daño, peor. Es también peor en niños, donde la proporción del tamaño de la cabeza es mayor.
La gran incógnita de esta patología es la verdadera causa de la sintomatología que la caracteriza, pues sólo se conoce el mecanismo de producción y el cuadro clínico producido sin que, hasta el momento, se haya podido demostrar ninguna lesión orgánica que lo justifique.
El problema reside en que no se produce daño físico, no se rompen tendones ni las fibras musculares, sino que hay una sobrecarga del sistema, provocándose en la zona una reacción en cadena de sobreprotección, aumentando en exceso la sensibilidad y tensión muscular del cuello.
Desgraciadamente el diagnóstico suele hacerse mediante radiografías, que sólo sirven para descartar la existencia de fracturas o luxaciones en las vértebras cervicales, por lo que no se suele recibir un tratamiento adecuado.
Los tratamientos convencionales parten de inmovilización, analgésicos y antiinflamatorios, reduciendo la capacidad de regeneración del colágeno y anulando las vías aferentes del sistema nervioso, aumentando además la atrofia, debilidad muscular y estancamiento de líquidos, de hecho, existe poca evidencia científica sobre la utilidad de los tratamientos empleados, sin una clara mejoría, como se observa en la práctica clínica.
Lo más recomendable en un síndrome de latigazo es hacer un tratamiento multidisciplinar, abordando varias vías a fin de incidir en los distintos planos implicados:
- Tratamiento Sistema Nervioso: todo tratamiento de latigazo cervical necesita recuperar la actividad normal del Sistema Nervioso Central, hay muchas vías, las más aconsejables son regular la información con terapia manual suave y kinesiologia y apoyarse con acupuntura y biorresonancia.
- Tratamiento sintomático: terapia manual suave (para no irritar el Sistema Nervioso que está hipersensible), magnetoterapia e hipertermia INDIBA (desinflamar y regenerar).
- Moduladores de la inflamación y complejos ortomoleculares de alta biodisponibilidad, como enzimas proteolíticas y silicio
- Es necesario hacer ejercicio de forma progresiva, sensata y adaptando siempre los ejercicios a la gravedad de la situación, teniendo mucho cuidado con las torsiones, y ejercicios que puedan poner en tensión al cuello, como abdominales y levantar peso con los brazos, siendo siempre recomendable estar bajo la tutela de un profesional.
- Es importante hacer un tratamiento lo más pronto posible, adaptándose a las características interindividuales, y de la forma más inocua y menos invasiva posible.
Javier Velasco
Fisioterapeuta de la clínica O´Donnell Naturmedic e instructor del equipo de Antiterapia
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