Para comprender el movimiento de la rodilla, sus tensiones y como muestra sus disfunciones es una tarea que puede llevar años.
La rodilla es un centro móvil que actúa manteniendo una estabilidad, la mayoría de las veces precaria fruto de cientos de adaptaciones que la persona ha realizado durante su vida.
Comprender que es una adaptación o una lesión prioritaria es la primera labor del terapeuta que analizará la diferencia que existe entre una rodilla y la otra, postura, temperatura, color, piel, la posibilidad de que sea una lesión ascendente o descendente y las diferentes tensiones que muestra el paciente en las postura de pie, sentado o tumbado.
Muy importante para el paciente dar datos al profesional de las observaciones que haya realizado en la rodilla: diferencia de calor con respecto a la otra, tipo de molestia, momento del empeoramiento tanto la hora, si es de día o noche, como la situación climática o atmosférica, mejorías que ha observado como vacaciones, mar, frío o calor. Si ha observado alguna relación con la dieta (los meridianos de Estómago, Hígado, Vesícula biliar, Bazo-pancreas). Y lo más importante, desde cuando empezó a molestar, puesto que el paciente puede no relacionar lo que sucedió un año antes, como puede ser la visita al dentista o un problema intestinal que ha pasado a ser crónico hace tres años.
Una valoración sencilla es hacer el test del dedo poniéndose a caminar y observar el resultado. Especificar el test para la molestia específica lo hará el profesional al valorar hacer el test después de levantarse, bajando un escalón o buscando la postura que causó el traumatismo. El propio paciente puede aprender a valorar su estado por medio del test puesto que no causará ningún daño a su estructura, sencillamente andar para dar un estímulo y observar la respuesta del cuerpo.
Antes de hacer ninguna técnica, el terapeuta valora la posibilidad de trabajo, la capacidad de procesar de la persona, un pequeño esquema para una sesión rápida o de lo contrario un plan de acción en los casos crónicos, y lo más importante, una dirección de trabajo en la que el resto del cuerpo esté implicado tanto en quitar tensión como en ganancia al ganar la rodilla una posición con más funcionabilidad y menos gasto.
Todos los tejidos guardan información, como todos los terapeutas saben, por lo que es importante antes de ponerse a trabajar en todas las zonas posibles, valorar donde hay tensión para centrar allí su actividad. Para ello la valoración de los test de kinesiología ofrecen la herramienta imprescindible utilizando para una observación de resultados el test del láser que dictará la tensión que guarda la estructura después para una comprobación completa.
Músculos, fáscias, ligamentos, articulación, tendones, cada uno tiene un tipo de comunicación que el terapeuta debe conocer para profundizar en su labor, sin dejar de lado las técnicas energéticas que nos aporta la MTC (medicina tradicional china) o los aportes de las técnicas neurales.
Jose Luis Godoy Muelas
Www.kinesiologiaholistica.com
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