La persona está integrada por diferentes aparatos y sistemas, y todos ellos y su adecuado o no funcionamiento y coordinación entre sí condicionan la calidad de cualquier tipo de actividad humana, y por consiguiente también el rendimiento en cualquier actividad física o deportiva.
Para conseguir un mayor rendimiento todos los planos y sistemas que nos integran, tienen que funcionar también al máximo de sus posibilidades. A menudo en el deporte la especialización es óptima para la mejora de un sistema, que evidentemente es fundamental para mejorar el rendimiento, pero se olvida de otros sistemas, que por permanecer en un segundo plano, desequilibran la integridad del individuo, con a veces consecuencias no tan beneficiosas. O sencillamente no es útil el mismo método para todos los deportistas, porque aunque coinciden en su necesidad común: mayor rendimiento deportivo, no todos los cuerpos necesitan lo mismo.
Con el método de “antiterapia” aplicado a los deportistas se consigue este objetivo: El de mejorar los aparatos y sistemas, es decir el funcionamiento fisiológico desde un punto de vista holístico, esto es, no por separado sino los concretos de la persona en el momento presente y con las necesidades específicas del deporte y de su cuerpo.
Alvaro Velasco Olea.
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