Había una vez un cañaveral que estaba en un bosque. Las cañas parecían todas iguales,
pero había una distinta de las demás. Los árboles estaban enamorados de ella porque tenía
una voz amable, se movía con la ligereza de una bailarina y amaba el viento, lo buscaba,
esperaba a que se levantase por detrás de los arbustos.
Pero el bosque se sentía ofendido por aquella atención especial que reservaba al viento
y decidió dejarla morir lentamente privándola de la savia que recibía de las poderosas
raíces de los árboles.
Cuando la caña cayó, desprovista de vida, los pájaros compitieron para perforarla con sus picos.
Y así se convirtió en una flauta con la que los dedos del viento improvisaban maravillosas melodías.
Extracto de “El Buscador de Sueños”
Tutora Ciclo Superior EPO
CENTRO LUZ CASANOVA-USERA
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